La venta de bienes a plazos es una modalidad frecuente en diversos sectores —automotriz, maquinaria, inmobiliario o industrial— y también puede aplicarse cuando una empresa decide vender activos fijos de alto valor.
Sin embargo, su tratamiento tributario requiere especial atención para evitar reparos, multas e intereses derivados de un reconocimiento incorrecto de ingresos.
Impuesto a la Renta
De acuerdo con el artículo 57 de la Ley del Impuesto a la Renta (IR), los ingresos deben imputarse en el ejercicio en que se efectúe la venta del bien, aplicando el criterio del devengado, sin importar si el pago es al contado o a plazos.
No obstante, la Ley y su Reglamento establecen una excepción para los casos de enajenaciones a plazos con cuotas exigibles en un plazo mayor a un (1) año, contado desde la fecha de la venta.
En estos casos, el contribuyente puede optar por imputar los ingresos en los ejercicios en que las cuotas sean exigibles, aplicando el procedimiento previsto en el artículo 58 de la Ley del IR y el inciso d) del artículo 11 de su Reglamento.
Ejemplo práctico: Una empresa vende maquinaria industrial por S/ 1,200,000, con pago en 18 cuotas mensuales. Dado que el plazo de exigibilidad supera un año, la empresa puede distribuir el reconocimiento del ingreso conforme a la exigibilidad de cada cuota. Para ello, el costo computable del bien también se prorratea entre los ejercicios.
Impuesto General a las Ventas (IGV)
Conforme al artículo 4 de la Ley del IGV, la obligación tributaria nace en el periodo mensual en que se entrega el bien o se emite el comprobante de pago, lo que ocurra primero, sin importar que se trate de una venta a plazos.
Por tanto, el importe total de la operación está gravado en ese único periodo, no siendo correcto emitir comprobantes por cada cuota. Hacerlo puede generar un tributo omitido y multa por declaración de datos falsos en los periodos siguientes.
Además, si se pactan intereses compensatorios por el financiamiento del precio, el Tribunal Fiscal (RTF No. 00002-5-2004) ha señalado que estos intereses, al ser accesorios de la venta y determinables desde el inicio, también se gravan con el IGV en el mismo periodo en que nació la obligación principal.
En consecuencia, el comprobante de pago debe incluir el importe total de los intereses pactados junto con el valor de venta del bien.
Riesgos frecuentes detectados por Sunat
- Reconocer los ingresos según el cobro y no según el devengo.
- No sustentar documentalmente una condición suspensiva o reserva de propiedad.
- Emitir comprobantes por cada cuota en lugar de uno solo.
- No incluir los intereses compensatorios en el comprobante de venta.
- Desalinear la información entre los contratos, registros contables y declaraciones tributarias.
Recomendaciones para evitar contingencias
- Precisar en los contratos si existe reserva de propiedad o condición suspensiva, y sustentarla documentalmente.
- Revisar los cronogramas de exigibilidad de cuotas y conciliarlos con los cierres contables.
- Emitir un único comprobante de pago que refleje el monto total de la operación.
- Incluir los intereses compensatorios desde el inicio, evitando reparos posteriores.
- Diferenciar claramente el tratamiento del IR y del IGV: no se devengan en el mismo momento.
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